sábado, 19 de junio de 2010

Avispa Verde

Tras varios días de intenso trabajo he aprovechado un hueco para escaparme a estrenar el nuevo fusil y ver que sensaciones me transmitía. Lo primero mirar el tiempo, el levante esta planchado, transparente y con las playas llenas de gente, el sur sin embargo tiene oleaje y esta bastante turbio en algunas zonas. Lo tengo claro, si voy a testar el fusil lo voy a hacer en las peores condiciones posibles y voy directo al sur.
Nada más llegar veo que además de oleaje y turbiedad hay mar de fondo y las olas rompen justo por donde tengo que entrar, por un segundo dudo en darme la vuelta y volver mañana pero que narices ya que estoy aquí no voy a dejar pasar la oportunidad. Me meto al agua y lo primero cargar el fusil, me habían comentado que debido a lo retrasado del mecanismo y el estiramiento de las gomas de 16 al 400% costaba bastante trabajo cargarlo. Solo decir que difícil de cargar es mi Gabbiano, o el Avispa Roja que tenia antes que llevaba las gomas cortas cortas, este se carga con bastante facilidad y ya no te cuento si utilizas el primer tetón para cargar en dos tiempos. Viendo lo fácil de la carga lo primero que te viene a la cabeza es que la doble goma de 16 es una metida y el nuevo Abellán a perdido potencia. Primera bajada, caigo sobre un bolo y me aparece la corva enorme, me acuerdo de Gorka y de aquello de si detrás esta la piedra no dispares que la varilla se jode pero como lleva dos gomitas y la varilla es dureza 52 un segundo después traspaso el corvón, resultado varilla doblada en el primer disparo. He pegado mil varillazos a piedras con el avispa roja con gomas muy cortas y nunca había doblado una varilla, va a ser que las gomitas si que tiran fuerte.














Enderezo la varilla y sigo, a la vuelta de una punta veo 3 doradas majas a media agua, nadan contra corriente permaneciendo estáticas y fuera de disparo, intento arrimarme pegado al cantil pero el mar de fondo me lanza contra la pared y no me deja avanzar con seguridad, así que intento un acecho para ver si consigo pillarlas desde abajo, el fusil con el rebaje de masa, el cabezal mas delgado y la menor longitud gana claramente en movilidad con respecto a versiones anteriores y aun con mar de fondo se mueve con relativa facilidad, disparo lejano desde abajo, resultado doradas corriendo hacia el espumero. Nunca he tenido buena puntería disparando de abajo hacia arriba en diagonal, así que no tengo en cuenta este fallo. Tras buscarlas por el espumero veo que han desaparecido.
En el siguiente bolo hay bastante movimiento de castañuelas y preparo un acecho/espera, bajo a 8 metros me arrastro por el fondo y cuando encuentro un buen puesto empiezo la espera. En el límite de la visibilidad se entrevé un banco de espetones, no son muy grandes pero hay muchos, están fuera de disparo y alargo la apnea a ver si entra alguno, a media agua por encima de los espetones un banco de lechas hace apto de presencia y unos dentones se arriman por mi izquierda, la estampa es preciosa, estoy casi totalmente rodeado de depredadores pero ninguno entra. La siguiente bajado la hago en 14, justo donde ví los espetones a ver si ahora tengo alguna pieza a tiro. Las lechas desaparecen y el banco de espetones también, sin embargo algún ejemplar grande de esos solitarios se ve en la parte baja del bolo pero están en plena caza y solo los veo pasar de lejos.














Bajo otra vez y por fin uno de los dentones se viene conmigo, decido que es el fin de la jornada, llevo solo dos horas en el agua pero el mar de fondo empieza ha hacer estragos en mi barriga. Camino de la orilla aun me ha dado tiempo a coger un golfas (nunca había visto uno por mi zona) y una lubina de ración.






























COMENTARIOS:
En relación con el avispa roja que era mi antiguo fusil titular el nuevo modelo de Abellán tiene una evidente mejora en la movilidad, menor retroceso y como mínimo la misma sensibilidad de gatillo (sino mejor).
En cuanto a certeza de disparo sigue en su línea y es excelente, los problemas con el carrete han desaparecido y esta perfectamente equilibrado (como siempre).
Estéticamente es más bonito que anteriores versiones, no sirve para nada pero se agradece tener entre las manos un fusil bien acabado.
Creo que la evolución del nuevo modelo con respecto a los anteriores esta muy conseguida y que la marca puede estar contenta del producto obtenido.

jueves, 3 de junio de 2010

Gabbianismo














La tarde no pintaba buena, tras media hora de discusión con mi primo elegimos la zona, no me gusta, demasiada agua y no tengo yo hoy el cuerpo juguetón. Nada más llegar veo que la visibilidad debe de rondar los 15 metros y los pocos peces que se digan en aparecer salen disparados hacia el abismo hasta perderse de vista.
Mientras voy eligiendo el puesto para la primera espera mi primo me grita:
- “Hay dentones, están en 18”.
Pues nada, primera bajada a 18 a ver si aparecen nuestros amigos…., ni un alma, puro desierto subacuatico y con la visibilidad reinante se que ni merece la pena intentarlo más abajo. Decido cambiar de zona y nado unos 200 metros hasta encontrar bastante castañuela, nada mas bajar un abadejo me hace la vela, no es muy grande pero empieza a ponerme nervioso el dedo en el gatillo. Mientras hago un mini acecho por si sorprendo a algún mero fuera de la piedra el abadejillo se dedica a hacerme pasadas alrededor, es lo único que he visto en toda la jornada y como se ponga tonto al final va a terminar acompañado unas papas con alioli. Para no caer en la tentación avanzo 50 metros mas y distingo desde arriba un buen bolo de piedras, conforme caigo traspaso la termoclina y las castañuelas y bogas quedan por encima de mi cabeza. Las piedras están vacías y no tienen hueco, así que sigo cayendo hasta situarme en una meseta descendiente. Me pego al terreno como si me fuera la vida en ello pero no veo nada que se acerque,… una mancha oscura me mira desde la parte baja de la meseta, esta parada totalmente inmóvil, se gira y me da todo el costado, es un abadejo de unos 5 kilos pero debe de estar como a unos 12 metros de mi y no hay ningún obstáculo entre nosotros, si voy se va. Así que decido subir. Cojo una referencia visual de la costa y caigo aproximadamente donde vi el abadejo, ni rastro, al menos la cosa se va animando.


















Nado otros 50 metros y me paro en otro bolo de piedras, visto que el abadejo gordo lo vi en 20 decido que me voy a mantener a esa profundidad. Caigo entre las piedras, algunas corvas de buen tamaño me reciben, se me activa la alerta instantáneamente, adelanto el fusil y me poso en las piedras, me pego al fondo y empiezo a hacer un acecho hacia las corvas, están tranquilas y no se meten en el agujero. Tras el bolo diviso una piedra grande y solitaria algo mas abajo, con una buena raja en el costado, como aun voy bien de aire me voy acercando poco a poco,…..1, 2, 3, 4,5 abadejos empiezan a correr en todas direcciones, mis ojos solo miran al más grande, debe rondar los 8-9 kilos pero ese justo corre en dirección contraria a mi. Uno de sus amigos sale corriendo hacia mi derecha con el tiempo justo de girar el Gabbiano y disparar al límite, el disparo es bueno y lo subo directamente.

Ahora si, me estoy animando, relajo y vuelvo a bajar a ver si el gordo se viene conmigo, caigo otra vez en el bolo y repito la jugada, me acerco poco a poco pegado al fondo, la piedra esta vacía, la rodeo y sigo acechando lentamente, … por el rabillo del ojo veo moviendo, un mero corredor, lo veo, no lo veo, lo veo, no lo veo, va en zigzag entre las piedras y se dirige directo a una piedra grande donde debe de tener su atalaya inexpugnable, si entra se pierde. Apunto a la misma boca de la grieta y una décima de segundo después disparo, la varilla entra detrás del ojo, disparo perfecto, el mero salta y voltea como los muñequitos de feria, solo faltaban las lucecitas de PREMIO, PREMIO!!

Debe de pesar unos 6 o 7 kilos, …de pronto da un coletazo y veo como la varilla sale limpia del mero, ha rebotado contra la piedra de detrás y no llego a pasar la aletilla, mientras subo el mero se mete en una piedra pasados los 25. Cuando bajo, la piedra esta limpia y el marroncito debe estar a kms. Nos subimos a la barca y cambiamos de zona, mi primo me comenta que a partir de 18 le cuesta compensar y que vamos a ir a unas piedras de dentones que conoce en menos agua. Visto que ya llevo una buena pieza en el pasador, hago tiempo para dejarle la primera bajada. Bingo, conforme baja aparece con un dentón de un par de kilos. Me indica que están cabrones y que ha tenido que disparar al límite del Abellán, oído cocina, si ellos son cabrones, yo más.

Bajo pegado a las piedras y diviso unos metros mas allá un balconcillo perfecto para la espera, domina la zona y me oculta perfectamente. El banco aparece rápidamente, debe de haber unos 20 ejemplares pero ninguno quiere acercarse, bajo la cabeza, los pierdo de vista, cuento hasta 25 y vuelvo a levantarla lentamente,…varillazo al dentón y para arriba. Las bajadas se suceden y los dentones van llenando el pasador, el sol empieza a bajar, es el momento de la retirada. Hoy si salieron las cosas bien.

Aquí las piezas ...














Yo con cara de esto pesa XD y la siguiente mi primo Dani.