lunes, 12 de julio de 2010

Mi primera vez.

Primera experiencia en el estrecho, ya había ganas de ir para Cádiz, cuadraba el tema profesional, el económico y el personal, así que no podía dejar pasar la oportunidad. Sin mirar previsiones, ni hacer cabalas sobre zonas Joe me propuso ir y yo deje en sus manos la preparación del viaje con solo unos días de antelación. Al día siguiente Joe me llama y me dice que todo controlado, tenemos alojamiento, barca e incluso nos llevan a las zonas de pesca, increíble esto pinta mejor de lo que pensaba. . La idea es llegar el martes, pescar miércoles, jueves y viernes y, ese mismo viernes por la noche estar en casa.










Ahí es cuando empiezo a mirar el tiempo, las mareas, los reparos, los vientos y demás zarandajas, conclusión no se ni lo que veo, porque no se si tal viento coincidiendo con tal marea y en determinada zona es bueno o malo,…así que cruzamos los dedos y tiramos para Conil. Por el camino vamos comentamos con ilusión que piezas nos gustaría conseguir y que ante todo precaución ya que tenemos muy claro donde nos metemos. Siete horas de coche después llegamos a casa de un amigo que nos aloja y nos brinda la oportunidad de compartir unos gratos días con él.














El primer día de pesca la cosa pinta mal, por no decir horrible, hay un temporal fuerte con mucho oleaje y un viento de 20 nudos azotando constantemente, en algunos momentos incluso algunas ráfagas nos mueven mientras observamos el mar desde el puerto de Conil. No queriendo perder el día nos movemos y buscamos resguardo en la zona de Cádiz, al llegar más de lo mismo. Durante 30 minutos dudamos si meternos a intentarlo o dejarlo ya para el jueves donde la previsión meteorológica mejora. Al final, nos montamos en la barca y partimos dando tumbos entre olas hasta la primera zona. No muy convencido lanzo el pivote y salto de la barca,…. Increíble, pese al temporal y el oleaje hoy no hay corriente y el agua presenta una visibilidad bastante aceptable. Lo primero que llama la atención es lo diferentes que son los fondos en la zona del estrecho, tan distintos a los fondos mediterráneos a los que estamos acostumbrados y la cantidad de vida que los pueblan, las piedras son grandes con raja y forman pasillos entre ellas siendo el escondite perfecto para cualquier especie.














La primera especie que nos recibe son los borriquetes, son numerosos formando grupos desde unos pocos ejemplares hasta cientos de ellos nadando juntos, su comportamiento es esquivo cuando el ejemplar es solitario pero nada más formar grupo su captura es sencilla pescando a la espera. En los primeros lances cae alguno que en ese momento considero de buen porte, más adelante me informan de que los ejemplares que empiezan a ser buenos a partir de los 4 Kg.














Las especies por la zona son casi las mismas que en el mediterráneo pero de mayor tamaño y en mayor cantidad, llama la atención la falta de ejemplares juveniles de algunas especies como meros, breados o dentones. Lo que en condiciones normales seria una pesca más que aceptable por Murcia allí se convierte allí en un rancho de lo más vulgar y aprendida la lección el jueves vamos a buscar piezas mayores teniendo claras cuales son las tallas que empiezan a ser de merito en esta aguas.
El jueves volvemos a tener suerte, mar planchada, día soleado, visibilidad en algunas zonas rondando los 30 metros y nada de corriente. Nos informan que días de estos solo se dan un par veces al año y que nos ha tocado la lotería, por contrapartida la falta de corriente hace que allá menos vida. Aún así seguimos encantados, la visión de grande ejemplares de dentones desde superficie y algún mero de buen porte desde superficie es bastante alentadora. Finalmente buenas piezas van cayendo.

Aquí os dejo a Joe con la mejor pieza del día


















Viernes, Joe se ha levantado con las fosas nasales algo obturadas, cosa que ya el jueves le empezó a resultar molesto. Por precaución decide no forzar y ese día no va al agua. La mañana pinta tan bien como el jueves solo que con una ligera corriente que más que incomodar aumenta la vida en las zonas de pesca. Ese día cambio de pareja, hemos quedado con un conocido pescador local que junto con su barquero nos van a hacer de anfitriones. Por conversaciones previas, le he informado de mi nivel de pesca y me prepara una salida con paradas a progresiva profundidad que va desde los 5 a los 26 metros. Lo primero que hago es observar como pescan los maestros para imitar su estilo, ya lo dice el dicho, donde fueres haz lo que vieres. Lo dicho dejarse llevar por la corriente y picar intentando calcular la zona de llegada al lecho para apostarse en la zona elegida o atacar la piedra por donde queda cubierta de la corriente.














Las primeras piezas empiezan a caer pero tras dos pasadas por la zona decidimos cambiar a otras piedras a más profundidad repitiendo lo anterior. Así estamos un buen rato hasta que finalmente me llevan al turrón, la profundidad ya supera claramente los 20 metros, tras varias bajadas decido quitarme 2 Kg. de plomo del cinturón y proseguir con la pesca, mientras tanto el compañero empieza a encadenar buenas piezas y es que se nota la diferencia de técnica y sobre todo de apnea. Al final una jornada estupenda, una pena algunas buenas piezas que finalmente solo pasaron ante mis ojos sin opción de subirlas barco.


















Lo primero dar gracias a Joe, el es el que ha preparado el viaje, de él fue la idea y él se ha ocupado en todo momento de la gestión de estos días.
Lo segundo, la gente de Cádiz, en especial los de Conil y Barbate, amables y dispuestos en todo momento a compartir todo lo que tienen.
Y por ultimo dar gracias a Juanjo, pescando con él he sentido de verdad que me llevo imágenes inolvidables y la certeza de que en no mucho tiempo volveré por su tierra a repetir experiencia.


Notas:
- La pesca en el estrecho exige una buena forma física, las condiciones de corriente y la profundidad a la que se encuentran los grandes ejemplares no están al alcance de todos los pescadores.
- Cierto es que hay mas vida que en otras zonas pero solo el conociendo de buenas piedras (muchas de ellas a 10-30 Km. de costa) permiten la captura de piezas excepcionales.
- Un buen barquero es primordial por seguridad y para una buena acción de pesca.
- No todos los pescadores se adaptan bien a la corriente y a la falta de visibilidad con el peligro que ello conlleva.